Hace tiempo leí que unos de los más recomendables MDA era el de la Universidad de Navarra en Pamplona, España. Durante estos dos días de encuentro logre entender el porqué de esa consideración, fue un evento lleno de matices, polifacético y multi-pensante. El reconocimiento a los arquitectos guanajuatenses Enrico y Valentino Hernández Cervantes que no solo lo traen a México sino además a Guanajuato capital.
En la confusa pero articulada geometría del auditorio de la escuela de Diseño, de charla en charla y de ponente en ponente fue todo un viaje iberoamericano que además de transitar entre varios países, pasó por varias escalas… y ahí fue donde el pensamiento (y estando en Guanajuato) me lleva a Jorge Ibargüengoitia con su palabras: “..se suele confundir lo grandote con lo grandioso”.
Las pequeñas propuestas dejan grandes enseñanzas. Comenzando con Juan Manuel Balsa (Argentina) en el quehacer arquitectura es fundamental “mirar el mundo” incluso lo que no es arquitectura; entendiendo mirar no como una simple inspección ocular sino trascender al observar para conocer, comprender y transformar haciendo. Sorpresiva participación de Rubén Chávez de C2 estudio de arquitectura en aquella peculiar primera casa donde tienen un acercamiento genuino hacia la materialidad llevando la experiencia a manufacturar el tabique. Y que decir de la contundencia de la que es capaz un “simple” baño presentado por Leandro Castro (Argentina). Pasando por la introspección consolidada en una limpia y pura contención espacial de Cota Paredes (México)… y podría seguir, pero esta sencilla reseña dejaría de ser breve.
Apareció el apreciado y reconocido guía del programa Master, el Arq. J. Manuel Pozo que de manera clara nos transmitió la esencia de la MDA (Maestría de Diseño Arquitectónico) un pensamiento arquitectónico alejado de la estridencia (star-system) nada pretensiosa. Y en un justo reconocimiento a César Ortiz-Echagüe nos comparte que la arquitectura se transforma desde adentro, con honradez y trabajo. Desde España en videoconferencia el Arquitecto Francisco Mangado nos transmite que la realidad es el mejor crisol para hacer arquitectura.
Agradecidos somos.
AZ